lunes, 22 de octubre de 2012

Monologo (Dedicado a mi queridísima amiga Ana Unquiles)

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Anita y La Luna



Anita se ve reflejada en el espejo, a través de sus ojos percibe un brillo muy especial.  Hoy se siente atraída por un mundo mágico, en el que todo se hace realidad y la fuerza de voluntad se convierte en un escudo inquebrantable para superar cualquier obstáculo, para ella el amor es un mar inmenso e inagotable de vida. Por un largo rato contempla con una gran serenidad detenidamente su rostro, en el fondo sabe que está reencontrándose consigo misma, siente algo que le conmueve y al mismo tiempo le produce una energía renovada que le llevará a vivir una experiencia enriquecedora. Ella solo intuye que en su interior algo muy profundo y maravilloso está sucediendo, no espera más…

Se mira a los ojos, ellos le hablan…

El viaje a su interior se ha iniciado, ahí en lo profundo de su ser, se ve resplandeciente de luz.

-Hola Ana, eres la misma y sin embargo tan distinta… conozco perfectamente ese rostro.

-¿Sabes? Reconozco en ti esos hermosos ojos que poseo, sé de la tersura y lozanía de mis labios… realmente eres bella.

-¡Soy bella! Y siento que ahora lo soy mucho más que ayer, y mañana seré aún mucho más bella, me lo estás diciendo con ese brillo que veo en tus ojos.

-Ahora lo entiendo todo.

-Ahora sé por qué mis lágrimas han tenido tanto peso en mis hombros y valen tanto.

-Soy una elegida, en realidad todos lo somos, lo que sucede es que muchos no entienden y profundizan en lo que realmente hay en su interior.

-Tal vez solo sea porque quienes viven experiencias tan profundas y tan intensas como las que hemos vivido tú y yo, optamos por aprender, por luchar, por ganar, porque decidimos apostarle al amor y a la vida, a todo lo bueno y lo no tan bueno.

-Nos hemos encontrado con el amor cara a cara, de una manera más profunda, más  íntima, espiritual y sublime. Y es que siempre vemos el rostro humano del amor, nos cuesta verlo desde su interior, en lo profundo de los corazones, allí en lo íntimo del alma, donde lo frágil se convierte en fortaleza, en voluntad y transforma el llanto y el quebranto en rayos de luz que brotan a la vida.

-Debemos aprender a amar. 

-¿Sabes? El amor es como…


-Amar es como sentir la luna sobre tu cabeza, es como mirar el sol y las estrellas al mismo tiempo, es ternura, misericordia, colaborar, entender y comprender a los demás, aceptarles como son.


-¡AMAR!… amar es piedad, compasión, entrega, compromiso, valor, fuerza voluntad y humildad, es un rayo de luz que yace dormido dentro de ti y que poco a poco va aflorando, enriqueciéndote, enseñándote a darle un valor distinto a todo lo que debe ser amado.


-Y es que en ese amor no hay cosas, ¿sabes?


No hay cosas a las que una ama, a las cosas no se las ama.


Solo se ama a la vida, a todo aquello que te toca, que se siente, que se puede transmitir, aquello que aun en medio de tus limitaciones fortalece y enriquece a los demás.


-Amar es regalar una sonrisa, un gesto amable, una palabra de aliento, seguir sonriendo aunque te sientas destrozada por dentro, mirar al cielo y entender que aceptar aquello que no podemos cambiar, nos hace mejores y nos libera de cargas inútiles.


-Hoy siento que todos los poros de mi piel se han abierto a la vida, que soy otra y todo gracias a ti, que hoy me lo has mostrado a través de tus ojos, de tu sonrisa, de tu belleza como ser humano.


-Hoy esa hoja seca sobre el césped, me recuerda que todo se renueva, todo renace, absolutamente nada se pierde en el universo.


-La brisa en mi rostro no son más que caricias de aliento y de esperanza.


-No sabes cuánto te amo Ana, no sabes cuánto amo a todos a quienes al igual que yo viven una experiencia como la nuestra.


Sí, nuestra, porque es a través de tus ojos que puedo ver y amar a todos, incluso a quienes no entienden nada.


-¡Qué alegría!


-Qué alegría maravillosa sentirme liberada y tan entusiasmada y es que una lágrima no es más que la oportunidad maravillosa de conectarme con ese amor que lo envuelve todo.


-Te veo a los ojos y puedo verlo, sentirlo… es tan real y tan profundo que me sobrepasa, siento como si flotara en el espacio entre partículas de amor convertidas en oro.


-Me reencuentro en tus ojos, Ana, y te amo tanto, pero, tanto, que ese amor que siento me traspasa y llega a todos.


-Ana, hoy brillas como un arcoiris de mil colores, hoy llevas el aliento de mil guerreros como tú, el rostro de todos y de cada uno de ellos. El rostro de todos.


-Hoy todos somos luz, porque el mundo es eso: LUZ.


-Sigo enamorada de la luna, de su luz, de los sueños y las historias que vivo inspiradas por su resplandor enigmático y poético.


--Vivir… pero vivir, aunque la vida sea larga, aunque la vida sea corta… vivir


-Experiencia espiritual en la carne que será infinita en el universo.


-Sí, Anita, somos mucho más de lo que muchos perciben.


-Te amo cada vez que respiro, cada día que amanezco, cada noche que sueño, en cada paso que doy junto a cada latido de mi corazón.


-Mañana Anita, tú y yo tenemos una cita con la luna.


Una luz blanca de amor que juntas irradiaremos de noche y de día, porque tú Anita,



Tú solo eres luz.




Carlos Iván Ontiveros (Carivano)
Reservados todos los derechos de autor

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