Estoy en la
cumbre de un abismo
Sólo observo
me recubre
una armadura de acero
que utilizo
como excusa para no arrojarme al vacío
Armadura de
esperanza,
de hastío,
tal vez de
cansancio, tal vez de FE
Es sólo eso,
una armadura
que me mantiene de pie
al borde del
abismo
El mundo
sigue siendo el mismo
Mil años
contemplando desde aquí
Luces que se
desvanecen
Sombras que
vuelven todo tinieblas
Sonrisas que
se marchitan, que se van ahogando
intentando
sobrevivir enterradas en la arena
Desiertos
que aumentan su tamaño
hacen
explosión en los corazones
La reina y
el rey utilizan servilletas con detalles de hilo de oro
mientras una
madre y su hijo languidecen de sed,
algunos
muriendo en una guerra, ¿cuántas más?
otros
víctimas de la indiferencia
Un niño que
muere
Una sonrisa
que se apaga
Allá, en
algún lugar de ese mundo que contemplo
florecieron
unas flores, me cautivó su color amarillo
recordé a un
personaje del que fui amigo en mis sueños,
se llamaba
Vincent,
él fue un
ángel que partió en una nube de girasoles,
hace días
que las vi
¡Sí!, vi
esas flores amarillas
Hoy, no
puedo verlas
Mañana, tal
vez...
tal vez
pueda ver otras en algún otro lugar de ese mundo
que observo
desde este abismo
Carivano
Reservados
los derechos de autor
Imagen Jon
Fulton
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