sábado, 9 de abril de 2016

De Rodolfo Sánchez Ochoa






La niebla de nuestro aliento


se funde en un solo aullido.


Yo a a la Luna le canto,


tú al amor perdido.


Con mi grito llamo a la manada,


con el tuyo proclamas tu deseo.


Hacia el bosque nos lanzamos


en excitante persecución.


Mis presas son bestias,


las tuyas son amantes.


Y al consumar la cacería,


me refugio en mi guarida


mientras ellos entran a tu gruta...




RODOLFO SÁNCHEZ OCHOA.



De su propiedad y del Gran Espíritu




Imagen de la red


Musica Enya 

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