Sobre la aspereza de la gramilla nacida del tormento
del invernal viento y replegado por la furia del mismo, altanero muestra la
indiscutible nobleza que corre por cristalinas entrañas mientras observa y
espera...
En la cresta del cerro se perfila la imagen desgarbada
del adolescente cuidador de cabras, que con destreza milenaria otea la
hondonada en búsqueda de agua y pasto. Está seguro que ese día será
diametralmente distinto a otros, lo
confirman el vapor que exhalan su nariz y el morro de los animales. En el cielo
un cóndor navega entre las nubes y traza armonías con su planear, majestuoso,
sendero difícil de ignorar.
El muchacho absorto tropieza en una grieta, pierde equilibrio y al rodar
siente en su espalda una dureza que si no fuera por el fuerte tramado de su
poncho, le hubiera herido el aterido cuerpo; al ponerse de pie, lo ve,
resplandeciente, exquisito, mostrando la
concentración del tiempo en su diminuta y perfecta dimensión; lo retiene entre
sus manos morenas y curtidas por la faena diaria, lo acerca a los labios y lo
empaña del tibio aliento al percibir el frio diamantino que emana del mismo.
En el primer instante lo creyó una simple piedra, no
obstante, la irregular forma despertó su curiosidad. Aún molesto por los golpes
de la caída, decidió sentarse y examinar con ahinco aquella rara roca.
Una suave, casi imperceptible línea, casi un surco, la
atravesaba de lado a lado; al recorrerla con el dedo quiso sentir una cierta
vibración, no era posible, sin duda toda aquella sensación era producto de
aquel accidentado descenso. Las insistentes baladas de las cabras lo
devolvieron a la realidad, estaban sedientas y hambrientas, guardó el
misterioso hallazgo en su bolsa, y reanudó la búsqueda de un buen lugar de
pastoreo.
Miró hacia el oriente y se dejó llevar por la danza de
las cortaderas que marcaban el borde del caudaloso arroyo. Corrió seguido de la majada, era el lugar buscado.
Todos bebieron de la cristalina y rumorosa corriente.
Mientras masticaban las ricas pasturas, Joaquín hurgó
en el morral hasta encontrar la comida que su madre le diera y, en el intento
volvió a tocar la piedra, sintió su reclamo de caricias, se sorprendió por la observación; la sacó y la dejó sobre
el musgo sin dejar de observarla.
Comió apresuradamente sin poder quitarle la vista
sintiendo su hechizo. La tomó y la recorrió amorosamente deteniéndose en la línea y sin previo aviso empezó a
tararear una desconocida canción.
A cada instante se hacía más fuerte, no conocía el idioma, pero cantaba con
delicadeza y entrega, y la grieta lo atrajo y se vio de pronto en una ondulada
y desierta geografía, sólo los camellos y si, algunos hombres de blanco con
turbantes; perturbado apretó a la piedra y al hacerlo de nuevo estuvo entre el
rebaño. ¿Que había pasado? Debería estar atento en lo sucesivo, pues ya el sol
caía a plomo.
Quizás el calor reinante fuera el causante de tal
alucinación. No conseguía sacar de sus labios aquella insólita melodía,
tralala, tra lala...era pegajosa, es más, la disfrutaba, y si, le permitía
divagar, ver más lejos, pero que sentía muy cerca. ¿Y todo, por ese pedrusco
como hay miles por todos lados? pero sin embargo éste poseía algo, distinto,
era como un imán que atrapaba, era imposible dejarlo, lo guardó en su bolso, y
decidió consultar el hallazgo con su padre, al volver a su casa.
Ahora era imprescindible ocuparse de lo suyo, su
bendito rebaño. Y allí, tarareando su nueva-vieja melodía, fue paseando entre sus adorabas amigas las
cabras, contento de su vida y de su flamante talismán.
Era tan grande su alegría que no se habia percatado de
la hora, el sol presuroso bajaba por la senda del arroyo hacia el poniente,
emanando sus mejores rojos y magentas.
Evaluó en tiempo y solo le quedaban dos alternativas,
viajar de noche bajo el poncho de las estrellas o pernoctar, optó por esto
último.
Arremolinó a las cabras y colocó el cuero en el centro
junto a Guacho, el noble canino, y puso de almohada el morral.
La noche era realmente bella cuajada de estrellas;
mientras se extasiaba con ellas, recordó al guijarro, sonrió porque la melodía
se hizo presente nuevamente. De allí en más...todo fue mágico, un sendero de
luz lo capultó hacia...*oh...imposible*...se dijo. Estaba sobre una barca con
varios remeros surcando el río Nilo. Perplejo observó la escena que era
idéntica a la imagen del libro que hace tiempo llegara de las manos de su tía
Fedra.
Los remeros cantaban y en el centro de la embarcación
real, estaba Nefertitis, espléndida, luciendo sobre su precioso cuello la piedra.
Se tocó para comprobar la realidad o no. El río era una huella roja de lim,
deliciosamente adornada de flores de lotos y lluvia de papiros; y fué más
excitante al reconocerse como el acompañante de la bella mujer. Una calandria
anunció la venida del sol y el maravilloso trino, unido al inquieto caminar de
los cuadrúpedos, lo despertó. Sin lugar a dudas era hora de organizar el nuevo
dia.
En un santiamén recogió sus cosas y pronto se puso en
camino.
Calculó que tendría un corto trecho hasta el lago chico;
allí visitaría a su amigo, don Perdido, como lo llamaban todos los de la
comarca, quien, con seguridad lo invitará a compartir su mesa, y le vendría
como anillo al dedo, pues su estomago estaba necesitando reponer energías.
Llegó hasta el pequeño rancho, guió a sus compañeras
hasta el borde de la costa, y encargó a Guacho, el eficaz guardián, hacerse
cargo del asunto.
El viejo ermitaño lo recibió con suma alegría, le
comentó que ya hacia tiempo que ningún alma viviente anduvo por aquellos lares.
El tazón caliente de leche, y un buen trozo de queso casero, otorgaron una
agradable sensación al jovenzuelo.
El anfitrión, famoso por sabedor de historias
fantásticas, que nadie sabía a ciencia cierta, cuales eran verídicas y cuales
propias de su exquisito dominio de la imaginación, resultó ser buen oído a la
historia que escuchó de boca de su invitado pastorcito.
Al finalizar de escuchar, el curtido habitante de la
colina miró de soslayo al jovenzuelo, y como sobrándolo, preguntó,
- ¿Tu nombre es Moses, verdad?, quiero creer que
conoces el significado...
-Umm...tengo idea que proviene de un idioma antiguo;
recuerdo que hace unos años consulté a mi padre, hombre místico, a mi entender,
y me dijo que era el nombre de un elegido, alguien con mucha suerte; no entendí
sus palabras, pero así lo dejé. ¿Por qué me lo pregunta?
-Ante todo, muestrame la piedra que entorpeció tu
camino, luego te contestaré...
Recibió lo pedido, la tomó entre sus manos, como una
caricia pasó sus dedos sobre la línea....
-Si, no hay incógnita encerrada, eres afortunado, tu
notorio pasado revive tiempos de antaño. Sentiste la compañía de una bella
dama, allí en las aguas del Nilo, no fue una ilusión, así ocurrió...
-No entiendo, dice que ocurrió, está confundiéndome,
por favor...
-Escucha, no apresures el momento, tu nombre es una
derivación del original que es Moshé, nombre de origen egipcio, que significa,
"sacado de las aguas", y toda una historia increíble se precipita
desde el instante que una de las hijas del Faraón, recoge una cesta que flota
en el curso del río.
Cautivado,
silente, escucha y sólo sigue los labios cansados del anciano, que ahora
parecen resplandecer con la humedad del habla.
-Tu historia es maravillosa, profunda y de amor
intenso, eres elegido, el destino ha ido a buscarte para señalarte tu linaje y
misión. A cada instante que sea oportuno
“ella” te irá dejando mensajes, vendrá en formas distintas y siempre serán
vividos, auténticos. No te permitas la duda, hay una revelación en cada uno,
pues “ella “necesita volver a su origen.-
Un fino estilete de luz penetra por el círculo que
oficia de ventana, va directo a la piedra, que a su contacto parece recobrar
vida, un arco iris nace de su interior y al rozarle la frente entra en un largo
sopor, y es el anciano, quien al tocarlo, lo vuelve de la ensoñación.
El muchacho aún conserva en sus pupilas el brillo
fresco, húmedo de la visita que ha realizado, está conmocionado y dice,
-He logrado verme en el canastillo y deleitarme con
las hermosas doncellas, sentir el rumor del río, ver como crecía, transitar por
los hipogeos, las mastabas; pude ver la riqueza y la miseria, la justicia e
injusticia, en apretada síntesis, he disfrutado de rituales y proyectos. Amigo
Perdido ¿Puedo quedarme un rato más para poder procesar en mi cerebro y corazón
todo lo vivido?
-Debemos volver a la realidad, mi ilusionado
jovenzuelo, por lo tanto considero prudencial que dado lo avanzado del día,
deberás recoger tu rebaño y tomar el camino de regreso, es posible que tu padre
se inquiete por la tardanza. No faltarán oportunidades para que continuémos conversando
sobre ti, o mejor dicho sobre tu pasado.- Encerrando esta última frase en una
socarrona muesca a semejanza de una sonrisa.
Moses, ni lerdo ni perezoso, acató el consejo del
sabelotodo del bosque, y partió, saltando y entonando una canción popular.
A media tarde, el experto Guacho, divisó los aledaños
conocidos y expresando su alegría saltó a las piernas de su amo.
-Si, querido amigo, ya llegamos a casa, ya
llegamos....
Segundo capítulo
Abrió la tranquera, y las desesperadas cabras
empezaron una pequeña estampida hacia el establo, agua y comida con seguridad
las esperaban.
-¡¡¡Muy buenas, Moses, alegría ver tu llegada!!!
-Exclamó su padre, parado a la entrada de la casa principal, con seguridad enterado
del regreso de su hijo, por la evidencia del ruido de los animales.
Acomodó todo lo necesario, y entró en la casa, ya
deseoso de relatar a sus padres todo lo acontecido en la jornada pasada.
Se percató de lo extraño que resultaría el relato para
ellos ¿O no? ¿Quien puede saberlo? Mientras los saludaba, un torbellino de
ideas cruzaba por su mente… ¿Cómo empezar? ¿Sonaría fantástico? Se detuvo en
las dos esmeraldas de su madre cuajadas de lluvia por la alegría y
agradecimiento hacia el supremo. *Joaquín había regresado sano y salvo, había
sido dura la noche*
La mujer con rapidez enjugó sus lágrimas y con la
mejor sonrisa preparó la mesa invitando a ambos a disfrutar del alimento y por
supuesto ansiosa de saber de los pasos de su hijo.
El joven, abriendo el morral, atrapó en sus manos la
piedra, la depositó sobre el plato donde nueces, almendras e higos secos
imponían presencia sólida y magistral; al contacto de los frutos secos, pareció
recobrar un brillo distinto, armonioso y exquisitamente ambarino, como bañada
por perfumadas mieles. Los cuatro
eclipsados, se había incorporado Guacho, observaban la trasmutación, lucía
extremadamente bella, casi traslúcida destacándose la grieta que ahora era una senda de oro.
El joven ante el embrujo, la tomó con amoroso gesto y
juntando las manos de sus progenitores les dijo,
-Sientan su latir-. Instados por la invitación y la curiosidad lo hicieron; el nido construído por la mano
de ambos hizo propicio tocarla y deteniéndose particularmente en la marca
dorada, una cascada de agua salobre estalló desde los ojos de ambos.
Varias horas pasaron en la intimidad de la mesa
familiar impregnada de aroma a canela y jengibre; ahora, sin mediar palabras,
todos conocían parte del misterio que
encerraba la gema.
Aprovechó el momento de excitación de sus padres y
relató sin dejar de lado ningún detalle, la revelación sobre su viaje al
pasado, su comienzo, de como fue extraído de las aguas, el origen de su nombre
Moses, que su querido padre le asignó, el privilegio de ser atendido por la
hija del Farón, de como se convirtió en un preciado regalo llegado de las
sagradas aguas del Nilo. Largos momentos quedaron ocupados escuchando su
relato.
Al finalizar preguntó a su padre,
-¿Porqué si mi nombre es Joaquin, como mi madre me
llama, tú, en cambio, me dices Moses, ese nombre bíblico? No entiendo, ¿Puedes
explicarme?
Ambos progenitores se miraron y un brillo de nostalgia
y ternura los movilizó. Impávido el jovenzuelo seguía con interés las miradas y
con la respiración entrecortada.
El padre, sonriendo traspuso el silencio diciendo,
-Si estamos atentos, el universo nos propone diversos
aprendizajes y en este caso mostrándonos
que el tiempo de nuestras almas es infinito- Y tomando la mano de su esposa,
ambos comenzaron a reír felices. Y continuó,
-Cuando te anunciaste, nos abrazamos y la atmósfera
pareció sublimar cada detalle. Salimos a disfrutar del atardecer que depositaba
un manantial de color y de la brisa que
traía aromas a cabo de olor y jengibre. La luna particularmente bella nos
sorprendió buscando tu nombre hasta que
el sol nos encontró aún abrazados, meditando y en silencio. Sentíamos
eras varón. Al canto de una calandria, eclipsados, nos pusimos en marcha hacia
la casa, entramos y nos maravillados con el estilete dorado que atravesando
raudo la penumbra caía sobre el antiguo libro azul fileteado en oro, que era
nuestro mayor tesoro de sabiduría.
La madre agregó,
-Nos miramos, y tu padre, mi querido hijo,
acariciándose la barba me invitó a abrirlo, solo me pidió, susurrante y
emocionado -Inspira profundo, conéctate con tu interior, abre y sin mirar, posa
el meñique, allí donde se detenga, será el nombre con el cual lo llamarás y
marcará lo que trae como misión, y en su
alma o sea el pasado, será donde tu lo poses... así surgieron Joaquín y Moses.
Como creemos que el camino de las almas es infinito, aceptamos el reto y
fíjate, tú mismo nos has contado la experiencia. Ambos nombres son hebreos y tienen un hilo conectivo en
cuanto a la misión. Si te nombramos de las dos formas es para que no olvides de
donde vienes y cuanto hiciste y el camino de realización que te atañe en este
momento.
El jovenzuelo, escuchó la detallada explicación de sus
progenitores. Quedó anonadado. No atinó a emitir vocablo alguno, Ya le fue
descubierta la solución a su incógnita. Recordó lo dicho por Don Perdido sobre
él y sus antecesores, ahora todo lo veía mas claro, dos personajes bíblicos
quizás, configuraban su identidad, sintió un peso sobre sus hombros.
Ya en su cuarto tomó en sus manos la enigmática
piedra, a los pocos instantes se presentó el surco y sin esperar más invitación
deslizó su mano por ella; la consabida sensación no tardó en aparecer, una vez
más aquella melodía lo envolvía como una nube, no ofreció resistencia,
aprovechó el instante y mentalmente deletreó el nombre Joaquín...lentamente
fueron dibujándose letras, con suma facilidad leyó lo que ellas anunciaban,
Yehoyaquim: "Dios construye";
hombre comunicativo, alegre, entusiasta, con mucha capacidad de expresión,
dulce y tranquilo, humanitario, adorado donde quiera que vaya, un líder nato.
Esas últimas palabras obligaron a levantar su mano,
*¡¡¡ Eureka!!!*, exclamó, aquél era el nexo que unía sus dos nombres, pues
recordó que también Moshé fue catalogado
como líder al lograr sacar a su pueblo de la
esclavitud.
Ahora sólo faltaba descifrar la pregunta clave: ¿Por
qué él había sido elegido para encontrar la bendita piedra? y sólo su viejo
amigo del bosque podría arriesgarse a ofrecer una aclaración a tal enigma.
Esa noche le resultó inmensamente larga pues fue
imposible dormir, necesitaba llegar con los primeros rayos solares al
habitáculo del anciano.
Tercer capítulo
Con el primer canto de gallo, saltó del camastro, se
vistió y partió con un puñado de frutos secos mordisqueando. Fue dejando una
huella precisa y profunda en la tierra cuajada de rocío, a su lado, feliz, el
can lo seguía. El último tramo lo hicieron casi corriendo, acelerado el pulso y
con la mente tejiendo y destejiendo probables respuestas.
No necesitó anunciar la llegada, el anciano sonriente
lo esperaba sentado al pie del añoso árbol.
-Siéntate- Le dijo mientras le ofrecía un cuenco de
arcilla con café humeante que parecía haber estado aguardándolo.
-Sabía que hoy era el día. - Justo cuando la luna
recogía sus últimos cabellos.
-Bebe y desacelera la inquietud, - Y al pasarle una
tajada de pan le dijo susurrante,
-Debes abrirte a la experiencia de los tiempos, de
cada segundo, sin planteos, aprender a recibir y vivir los dones. Hoy debes
iniciar una nueva etapa, aprender a leer los signos que a cada instante se
presentarán y será en concentración, humildad, aceptación y sin preguntas. En
ellos y sin previo aviso, encontrarás respuesta a lo que ahora viniste a
buscar. Cuando acabes el desayuno, inicia la vuelta a casa.-
Quiso balbucear que no era justo, que quería y
necesitaba saber más, pero al mirar el rostro del viejo, supo que lo primero
era la aceptación. Se puso de pie y con gesto de resignación saludó y partió.
No obstante abandonó el refugio del anciano, no
regresó a su casa como le había sido encomendado.
El ir y venir de sus pensamientos, como colibríes ante
las flores, revoloteaban sin cesar, no le permitían calmarse. En un recodo del
camino, antes de cruzar el arroyo, optó sentarse y junto a Guacho, decidió mirar el agua
cristalina, que a causa de las últimas lluvias, el cauce había crecido
notablemente; trozos de ramas, muchas
hojas, correteaban en su curso.
Y allí, en la calma reinante, antesala de un acogedor
silencio, se amalgamaron a semejanza de un túnel del tiempo, y al percatarse de
tal oportunidad, ni corto ni perezoso se internó en él...
Temprano amaneció esa mañana, no alcanzó a despertarse
completamente y un casi imperceptible ruído a sus espaldas llamó su atención,
los pasos que ahora escuchaba se acercaban, en escasos segundos una silueta
humana, así lo creyó, de grandes proporciones, quedó a escasos metros, había
detenido su marcha....dedujo que lo observaba,
-¿Es a mí a quién busca? atinó a consultar...
-Si, por supuesto que tú eres la causa de mi visita,
te ruego no te inquietes en recordar, no me conoces, lo cual no es necesario,
estoy aquí para cumplir mi meta y ella es informar lo decidido allí en el mundo
del más allá, donde se resuelve y dictamina a quienes se les acredita un específica
misión durante su paso por este mundo que tu conoces y habitas.
-¿El mundo del más allá?, de acuerdo a las sabias
apreciaciones de mi padre, quiero entender que te refieres a donde partiré al
finalizar mi paso por éste mundo... y por lo tanto de allí no hay regreso,
¿verdad?
-Muy ciertas las palabras de tu padre, no obstante
estoy aquí frente tuyo, me ves y me escuchas, y ello es una prueba fehaciente
de la realidad que, si lo deseas, podrás verificar más adelante. Ahora presta
especial atención y graba en tu mente, los transcendentales presagios que te
entrego:
Debes recorrer tus pensamientos con la precisión y
decisión de un diestro cirujano, con la creatividad a flor de piel, y la
grandeza que da la humildad.
Parte de la humanidad ha perdido el rumbo y somete sin
piedad y salvajismo al resto, que muchas veces calla por miedo o por no
encontrar las herramientas para cambiar el rumbo-. Joaquin, lo mira entre
inquieto, sorprendido y preocupado. El
personaje sonríe y con ello hace posible distenderlo.
-Primera lección que aprendo- Dice presto….-¡¡¡Si!! tu
risa me distendió a tal punto que vuelvo a respirar normal ¿y sabes? Puedo
pensar con sabiduría. ¡Bien, es cierto, entonces no es preocupándose sino
ocupándose. Primera semilla.
Ambos se miran con complicidad.
-Veamos ahora, mira, ya tienes una herramienta; no es
preocupándote, sino ocupándote. Debes aflojarte, asi tu mente y tu cuerpo serán
capaces de reaccionar desde la esencia misma. En tu esencia tienes plasmado el
flujo divino que despierta la conciencia ¿Para qué? Para que con tus actos seas
ese individuo que despierte a otros, a defender sus derechos, a pensar que
existe algo más que la mera apariencia, la disputa, la competencia.
Muchas veces el Universo ha intentado esta entrega,
por ello, han quedado grabadas varias pautas, que no todos cumplen. Es tiempo
de hacerlo, desde tu inocencia de adolescente, puro, fresco e ingenuo, vas a ir
sembrando….
No obstante Joaquín escuchó todo lo vaticinado por
aquél, tal vez, profeta, fue Moses el que casi a media voz atrevió a agradecer,
con no poco asombro lo enunciado,
- No dudo, de tus palabras, respetable emisario, muy
por el contrario, pues sé que mis ancestros fueron salvados de las garras de un
tirano, por mi antecesor, y me cuidaré de no caer en la soberbia, pero el sólo
pensar que se me ofrecen las posibilidades de continuar su camino, llena mi
aturdida cabeza con quizás fantasiosas ideas y planes.
Ambos quedaron en silencio, unos breves instantes...
El pastorcito, reaccionó, supuso que regresaba de un
largo viaje, su fiel compañero trataba, a lambetazos, despertarlo.
Se levantó de un salto, cual felino amenazado,
*¡Caramba!* a juzgar por el sol, calculó que la hora era avanzada y partió casi
a la carrera hacia sus lares.
Intentó entrar descalzo para no encontrarse con sus
padres….pues ¿Qué decirles para dejarlos tranquilos?
Mientras hacía conjeturas, desde la semi-penumbra que
aún reinaba en la casa, su mamá sonriente y con gesto cómplice le dijo…
-¡Vamos dime en que andas…!- Dicho esto se sentó para escucharlo.
*¡Vaya, no lograría zafar! ¿Qué decir? reflexionando y
recordando lo vivido, dejó que su alma, con calma encontrara respuesta*
De inmediato, su madre dijo,
-No te esfuerces conozco con quien, donde y cuando te
encontraste, pues luego de visitarte me visitó y me lo hizo saber. Si, hijo
amado, nada pasa inadvertido bajo la faz del cielo, todo tiene una sincronía,
solo basta hacerse uno con él y todo se aclara. Te ayudaremos hijo, a cumplir
tu misión así como fuimos ayudados nosotros, al recibirte en nuestro seno
familiar.-
Sorprendido y aliviado escuchaba y se daba cuenta que
era real, si era paciente, el universo se manifestaba. Solo atinó a sonreír y
agradecer.
-Mamá, que fuerte y maravilloso a la vez es saber que
tengo una misión, que mi vida tiene un porqué, un sentido. Ahora me doy cuenta
que hasta la majada tiene un porqué, recuerda que fue por ellas que encontré la
piedra que me llevaría a este presente-
Mientras esto decía…miles de proyectos sobre volaban
la mente y se arraigaban en el corazón.
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María de los Angeles Roccato (Argentina)
Beto Brom (Israel)
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Nota de los autores
Estimadas/os
amigos presentamos una nueva urdimbre creativa y de realización
compartida. Nacida a partir de una pregunta por chat, donde en forma espontánea
la respuesta es VIAJANDO HACIA EL GÉNESIS, riéndonos decimos suena a título.
A las pocas horas ya estábamos dando el puntapié inicial.
Así nació, como nacen las expresiones más
profundas del alma, enlazadas por los
hilos misteriosos e irrevocables que
enhebra un mandato universal.
Demás está decir que ha sido un placer compartir la
dinámica emprendida e invitarlos a que
intenten este tipo de alianzas creativas que son amorosamente enriquecedoras porque fortalecen los senderos
de amistad, incitan a investigar y a sincronizar en un orden distinto al
individual, sin perder identidad y donde
las distancias son sólo una parte del todo y así queda demostrado este ir y
venir de sueños entre Israel y Argentina.
Felices y expectantes les presentamos nuestro legado
que amamos y que esperamos lo disfruten tanto como nosotros al realizarlo.
Gracias por acudir a la convocatoria de nuestras
musas.
María de los
Angeles-Beto
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*Música de fondo:
Lost in the Desert (mixed by Springlady)
*Foto montaje, con imagen de Internet
Este cuento a dos manos, es definitivamente una demostración no solo del talento de los escritores y poetas de la red sino que además nos subraya los fuertes lazos de amistad que con el paso del tiempo se fortalecen con nuestros amigos a través de las distintas redes sociales en las que a diario compartirnos. Cada día descubrimos nuevos y noveles escritores, poetas y artistas y nos regocijamos con aquellos cuyo talento les da un primerísimo lugar de preferencia.
ResponderEliminarEste es el caso de la escritora y poeta María de los Angeles Roccato de Argentina y Beto Brom de Israel quienes nos dejan este magistral “Cuento a dos manos” el cual el cual hemos agregado a nuestro periódico digital Carivano en la red, el cual dentro de poco estará formalmente en línea como medio de comunicación. Les compartimos el enlace
https://carivanored.blogspot.com/2016/07/viajando-hacia-el-genesis-cuento-dos.html
Existe algo mucho más raro, fino y escaso que el talento y es el talento de reconocer a los talentosos.
Elbert Hubbar
Filosofo Estadounidense
Mucho apreciamos tus palabras, Carlitos, otorgan viento a nuestra nave para continuar creando.
ResponderEliminarAmbos enviamos cálidos abrazos, amigazo