Tus manos se extendían hacia mí
pedías no te olvidáramos
Lacrimosa suplica de amor…
Y es que los recuerdos también se van desvaneciendo
el tiempo los enfría y todo pasa
más no hay olvido cuando eres tu quien nos recuerdas
y como un suave murmullo
tu voz melodiosa nos dice, estoy aquí.
Tu cuerpo resplandece y una luz inmensa te cobija
recordándonos, amándonos…
a todos
desde la cálida luz del universo que te habita
renaces cada día, los recuerdos se avivan
y la nostalgia es alegría
amor eterno.
Carlos Iván Ontiveros Carivano
Imagen Red
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